Hay quien, ante una caracola, una canica, una pluma o un botón no ve más que un objeto sin valor, mientras que otros ven en ellos un auténtico universo por descubrir.
El filatelista, lupa en mano, vive fascinado por el diseño de los sellos; el micófilo disfruta de los paseos otoñales en busca de setas; la lucanófila pierde la cabeza por las cometas que ondean al viento… Quince peculiares personajes nos invitan a observar las colecciones que custodian con cariño y esmero mientras comparten pequeñas anécdotas, detalles y curiosidades que avivan en nosotros el entusiasmo por la belleza de lo cotidiano.
Un álbum ilustrado en el que cada doble página está dedicada a un personalísimo y peculiar catálogo. Plasmando con detalle botones, mariposas, plumas, piedras y cajitas de fósforos, Lucie Brunellière consigue que nos detengamos a mirar con calma esos objetos que, para los más apasionados, suponen todo un mundo de emoción.